martes, 15 de enero de 2008

De los personajes

He conocido algunas personas ya en Barcelona:

Miguel: es un señor ya un poco mayor, fanático del Jazz Bebop y otra música que también me agrada. Tiene una perrita que odio con toda mi alma que se llama Zoila. Trabaja como guardia de seguridad privada en la tienda del Barça. Y en realidad poco lo veo, sin embargo puedo hablar de su larga trayectoria con el cigarro, pues su respiración se oye como la de Lord Vader aún con la lavadora funcionando... ya sabrán. Es de mi estatura, un tanto gordo, canoso y ya saben, tiene esa voz gruesa y fuerte clásica del estereotipo español.

Daniela: es una chica maravillosa que habla un español casi perfecto. Del rumano ahora se que tiene más parecido al español que a las lenguas eslavas y si que es así. Desde un inicio ha sido tremendamente solidaria conmigo. Debe ser porque ella también es una migrante y sabe lo que es pasarla mal. En ocasiones me comparte de lo que ha hecho de comer, me ha llevado a conocer parte de Barcelona, me ha mostrado todos los supermercados a donde puedo ir, el café internet más cercano (aquí les llaman "locutorios") y en general, me da mucha compañía y platicamos de muchas cosas. Me presta la plancha, me consiguió un par de toallas que se negó a recibir paga y ya me ha dado varias sugerencias para lugares a donde puedo llevar a Paulina que parece vendrá en unos días.

Un par de días de atrás me invitó a un buffete donde tragué al más puro estilo Taz Chacal en Benedetti's. Nada mal y en otra ocasión comimos en un restaurante hindú (como muchos que hay por aquí) y hemos terminado "con un mal de panza" brutal.

Asimismo, hemos ido ya al Museo Nacional de Arte que se encuentra en Montjuïc y de verdad que recomiendo visiten este lugar. Recorrimos la cuarta parte y ya se nos había ido media tarde. Ahí entendí por qué el boleto es válido por dos visitas en el período de un mes. Asimismo, ahí tomamos el teleférico de Montjuïc, que nos transporta a la cima de éste. La vista es impresionante, es fantástico ver una ciudad desde sus montañas y desde ahí ver cómo termina en el mar. Cerca de ahí, en la misma montaña, hay otro teleférico, el de "Miramar" que va desde Montjuïc al puerto.

Recomiendo ambas cosas cuando vengan.

Inglaterra - España

El siete de enero fue un día difícil. El estado anímico de Paulina y el que aquí narra no era el mejor, pensando en lo fabuloso que había sido el tiempo juntos en la isla.

Sin embargo, debía presentarme el 8 de enero en las instalaciones de la UOC que albergan el departamento de posgrado para iniciar las gestiones de mi posible nuevo trabajo.

Tomamos el subterráneo hasta Liverpool Central y de ahí el autobús que nos dejaría en el Aeropuerto Internacional de Liverpool "John Lennon" (honestamente, ¿quién diablos pensó en ese nombre para una terminal aérea?. Hasta la fecha, no recuerdo algo realmente importante que aquel cuatro ojos haya hecho por la humanidad... en fin).

Fue un largo tiempo de espera, con un café que casi no bebí. Platicamos poco y finalmente la despedida no fue muy alegre, con la promesa de vernos cuando más en dos semanas.

Yo se que suena estúpido que dos personas que se verán dos semanas después se puedan sentir tan tristes, pero es que de verdad la experiencia había sido tan intensa, romántica, abierta, sincera y natural; que costó mucho darle pausa.

El vuelo de Inglaterra a España no tuvo nada de especial. Les recomiendo que cuando deban volar de manera interna por Europa usen Ryanair. Es la equivalente a Volaris, Clic, Interjet y todas las de bajo costo. Por 20 libras volé de Liverpool a Girona.

Una vez en Girona tomé "el bus" que me deja en la estación norte de Barcelona, a donde arrivé cerca de las 11 de la noche. De ahí usé un taxi que me dejó en el que ahora es mi domicilio: Jocs Florals 45. Vivo en el tercer piso primera puerta.

Ahí ya me esperaba Daniela, una buena amiga que conocí a través del campus virtual de la UOC y que ya había hecho todas las gestiones para que pudiera alojarme en un cuarto de ese departamento que como podrán deducir comparto con ella (el departamento, no el cuarto) y con el casero, Miguel.

Del Año Nuevo en Liverpool y el Anillo

Para Año Nuevo, decidimos ir a Liverpool para celebrar en algún bar. Prácticamente todos los establecimientos contaban con fiesta para la fecha.

Decidimos que si pasaríamos toda la noche bebiendo y bailando, valdría la pena pasar la noche en algún buen hotel en Liverpool y no tener que tomar un taxi a Rock Ferry por la madrugada. Decidimos hospedarnos en el Marriot. Ahora bien, esta cadena de hoteles tiene tres instalaciones en Liverpool así que para no vernos tan despilfarradores tomamos la más económica de las tres: Marriot Aeropuerto, donde la noche nos saldría en 90 libras.

El único detalle es que no tomamos en cuenta que estábamos tan lejos del centro de Liverpool, donde se encuentran todos los bares, que saldría en lo mismo un taxi al centro, que si hubiéramos tomado uno del centro para regresar a nuestro vecindario.

Mi niña sugirió omitir la fiesta y sólo buscar un buen restaurante por la zona. Honestamente tampoco había mucho por donde buscar, je.

Cenamos en Dammon's, un lugar agradable y donde había buen ambiente nuevoañero y por cierto, venden unas costillas "a la mexicana" que si sabían "a lo mexicano". Altamente recomendables, eh.

Tras pasar la media noche y festejar y abrazarnos con medio mundo desconocido, regresamos al hotel. Entramos en la habitación y llegó el momento: "Czy chcesz byc moja zona?" (¿quieres ser mi esposa?)...

De la Navidad en Rock Ferry

Primera Navidad de mi Paulina fuera de casa. Segunda Navidad juntos, la promesa fue cumplida.

La pasamos muy a gusto en casa de Joanna, otra polaca que vive en Rock Ferry y trabaja en el mismo lugar que Paulina. En esta casa sólamente viven Joanna y Monika. Ambas son excelentes personas y prepararon una cena super abundante, sin duda habría sido un reto incluso para alguien como Taz. De verdad que no entiendo como comimos tanto y ver que no pudimos terminar ni con la mitad de las viandas.

Los polacos acostumbran prescindir de la carne roja en estas fechas... básicamente de cualquier carne aviar o vacuna. La cena de Navidad se basa en pescado. No tienen idea de cuántas maneras de hacer el pescado hay en Polonia sólo para platos navideños.

Bebimos, vodka, whiskey y por supuesto: tequila. Joanna terminó, ella sola, con medio litro de Jimador esa noche, el resto de nosotros lo degustamos sólamente.

Esa noche mi chica lucía preciosa (siempre luce así, pero esta vez exageró). Y cabe decirles que esa noche, camino de regreso a casa fue cuando finalmente me dijo "estoy absolutamente segura de que quiero ser tu esposa". Ese ha sido el mejor regalo de Navidad en mi vida.

De la estancia en Inglaterra

No me extenderé mucho en esta parte, pues tampoco hay demasiado que contarles.

Como ustedes saben, Paulina trabaja en una casa para ancianos. Lo que yo no sabía y ahora les cuento, es que éstos sufren de enfermedades mentales degenerativas... Alzheimer, demencias de varios tipos, etc.

Paulina decidió tomar el turno de la noche 8 p.m. a 8 a.m. para poder estar conmigo todo el día. Yo por mi parte, teniendo un horario distinto al de ella en mi reloj biológico, no tuve problema para adaptarme a tal medida. Mientras ella trabajaba, yo hacía la limpieza de la casa y cuando ella regresaba, dormíamos un poco y salíamos posteriormente a dar la vuelta o hacer alguna cosa.

La casa es grande, honestamente más grande de lo que uno espera de Europa. Con una cocina amplia que me dejó fascinado, cuatro habitaciones, dos baños, uno con regadera y otro con jacuzzi; sala de televisión, comedor y un pequeño jardín posterior. Todo distribuido en tres plantas y un desnivel. Honestamente me la he pasado de maravilla en Inglaterra. Tuvimos oportunidad de visitar Liverpool en tres ocasiones, New Brighton fue una fabulosa experiencia el 31 de diciembre por la mañana, pues caminamos por todo el muelle, platicamos mil cosas y fue cuando empezamos a comentar sobre nuestro futuro. Manchester es una ciudad muy bonita, sin duda de lo poco que conocí es el lugar donde a mi me gustaría vivir. Y bueno, Rock Ferry es un vecindario muy tranquilo, con todo a la mano. Conocí tres supermercados distintos: Somerfield, Tesco y Lidl (éste último también está en España). Hicimos el super en más de cinco ocasiones, cocinamos juntos, limpiamos juntos, vimos TV... en fin, al final del día, tuvimos jornadas tan simples como la vida conyugal puede dar. Quizá con el matiz de que yo no estaba trabajando, pero quitando este detalle fue un tiempo inolvidable para Paulina y para mi.

Sólo como dato técnico para entender un poco más las cosas: Inglaterra divide sus territorios de una manera que no termino de entender, pero trataré de hacer una comparación con México. Liverpool podría ser tomado como una entidad federativa, Birkenhead una delegación dentro de dicha entidad, Rock Ferry vendría a ser una colonia dentro de la delegación. Esto no es del todo igual, pues por ejemplo, hay una distancia considerable entre Liverpool y Birkenhead que las hacen parecer como poblaciones distintas... en fin, como sea, el punto es que así es más o menos la cosa. Ya no me meto a decirles que pertenece a Merseyside que corresponde a no se que otra región, en fin. Es un asunto que no entiendo bien aún, pero espero haberles dado una idea de la situación geográfica.

México - Inglaterra

Estimada Fauna:

Si bien he sido lo suficientemente decidioso para hacer ésto antes, debo confesar que poca disponibilidad de conexión y tiempo he tenido para publicar algo en este blog.

También me desanima un poco saber que nadie más a publicado algo desde el 10 de diciembre en esa memorable presentación. Ahora bien, les hago llegar un resumen de lo acontecido hasta hoy, que son muchas cosas y no me extenderé mucho.

De la partida:
Debo decirles, mis queridos amigos, que en verdad esperaría haber tenido unas píldoras de chiquitolina para meterlos en mi maleta de mano y traerlos conmigo en este viaje. Conocer un poco de Londres, Manchester, Liverpool, Birkenheand y New Brighton es una experiencia que hubiera gustado de compartir con ustedes también (aunque claro, vivir estos momentos en dichos lugares con Paulina fue algo único). Lo admito en el más cursi y flaco de mis lados: los empecé a extrañar desde el abrazo de despedida.

De la puntualidad inglesa:
Mis queridos faunos, he escuchado toda clase de leyendas urbanas en mi vida pero nunca una tan opuesta a la realidad como la de la "Puntualidad Inglesa". Trataré de ser objetivo, pero hay que recordar que la primera impresión jamás se olvida.
El primer vuelo, desde la Ciudad de México a Newark resultó por demás tranquilo, puntual y con el interesante detalle de sobrevolar Nueva York y ver, aunque un poco de lejos, la Estatua de la Libertad. Dejando de lado todo lo que mi mediano sentimiento antiyankee puede aflorar, diré que ver esa gigantesca efigie me dió una chispa de esperanza ante lo incierto que todo sería al pisar el Viejo Continente. Además, no hay que olvidar que Nueva York es la tierra de FRIENDS, y por ende, la tierra de "Bob".
Al llegar al aeropuerto de Newark, me topé con que el vuelo a Londres se retrasaría "sólamente 4 horas", así que desde ahí, Virgin Atlantic, compañía británica me dejó mucho que desear. Siempre he dicho que los aeropuertos son aburridos, pero éste en particular, resulta por demás incómodo, pues ni banquitas hay para echar la jeta como lo hice en el de Frankfurt un año atrás, además de que el clima y la ubicación del aeropuerto no me permitieron dar el rol por esta tierra gabacha.
Finalmente abordé el segundo vuelo, ahora si, derechito a Inglaterra y con destino final: mi Paulina.
El avión venía equipado con televisor personal interactivo que permitía escoger entre más de 300 películas en 7 idiomas, además de una lista interminable de videoclips, función de radio, videojuegos y mil cosas más. Más de uno dirá que mi elección fue tonta al ya haber visto aquella cinta, pero ver de nuevo a Bruce Willis en Duro de Matar 4 era una tentación irresistible para mi, así que me eché completita, con el mérito de no poner subtítulos y verla en inglés "pa practicar". Después jugué Mario 4 y finalmente aterrizamos en Inglaterra.
Un dato interesante del avión, es que una vez activada la televisión, todos los avisos que generalmente se dan por el sistema de audio de la aeronave, sólamente aparecen en texto por medio de la pantalla para evitar incomodar a algún pasajero que se encuentre tomando la siesta a baba y moco tendido. De pronto, aparece un letrero que dice: "por favor, baje su persiana, en breve tendremos luz solar y puede incomodar a su compañero de viaje"... para empezar, mi compañera de viaje era una keniana que roncaba como pocas veces he visto a alguien hacerlo y dudo por mucho, que hubiera despertado con la luz solar y para terminar, si nos dieron antifaces para dormir, ¡¡¡¿QUÉ CARAJOS ME JOROBAN CON ESE MENSAJE?!!!. Total, que tuve que bajar la persiana para que "en breve" (cuarenta minutos después) tuviéramos luz.

Una vez fuera del avión, pasé por la aduana británica. Si bien los gringos me hicieron abrir mi maleta (y Edgar Tovar es testigo de lo difícil que fue cerrarla) los británicos estaban "echando el sandwich" así que se limitaron a preguntar "¿traes algo para declarar?" a lo que respondí "tres tellas de tequila mexicano"... con el bocado en la boca, la mujer policía que me atendió dijo "¡¡salud amigo!!" y me dejó pasar.

Fue el momento de sacar la impresión del correo electrónico enviado por mi querida cuñada, Justyna, para seguir las indicaciones que me llevarían hasta Liverpool, pues Paulina, por motivo de trabajo no pudo esperarme en Londres. Tomé el subterráneo que honestamente lo digo, tiene una infraestructura fabulosa, pero está horrible; desde la estación del Aeropuerto hasta Victoria Street. Ahí caminé algunas cuadras siguiendo el mero instinto hasta llegar a Victoria Coach Station, que es algo así como "el paradero Pantitlán de autobuses foráneos". Mi mujer ya había tenido la fina atención de reservarme un boleto para llegar a Liverpool - hoy agradezco que lo reservó con cinco horas de margen, pues de lo contrario habría perdido el autobus - Finalmente, varado en la salida 17, esperando el autobús 500-Birkenhead tuve que aguardar 40 minutos más de lo planeado, porque también se retrasó esta partida. Como dije anteriormente, la puntualidad inglesa, es un mito bien vendido.

Hice amistad con una británica que traía broncas con su chavo (una chica muy guapa, por cierto). Después de dialogar un poco y con esto empezar a familiarizarme con el acento inglés (bastante complicado en los oriundos de Liverpool) hicimos una escala en un centro comercial en "idontknowwhere" y aproveché para comprar algunos insumos como pasta de dientes, jabón, shampoo y otros enceres que serían necesarios en mi estancia. Tras casi cinco horas de traslado vi la estación de autobús en Liverpool. El problema es que debido al retraso de partida y un poco la lentitud del conductor, llegamos prácticamente dos horas tarde, por lo que no me extrañó que Paulina ya no estaba ahí. Creo que se llevó una dolorosa decepción y habrá pensado que no llegaría.

Aunque traté de llamarla por teléfono, creo que para variar, y como toda buena mujer, no lo tenía a la mano (posteriormente me enteré que se había quedado sin batería). Por lo que, tomé un taxi que me llevara de la estación hasta Rock Ferry, donde se encuentra su domicilio temporal.

Finalmente, estaba en la puerta de su casa. Toqué repetidamente el timbre por más de media hora sin respuesta, Paulina no estaba ahí... bueno, ¿qué más puede pasar?, que espere un rato, finalmente aquí vive y en algún momento tendrá que volver, ¿cierto?.

Decidí que si no había nada mejor que hacer, era un buen momento para dar la vuelta y conocer el vecindario. Dejé mis mochilas en un pequeño patio que hay a la entrada de la casa y empecé a caminar. No había avanzado ni 20 metros cuando Paulina apareció por la calle junto con una compañera suya y el encuentro no pudo ser más emotivo. Estuvimos abrazados y besándonos sin parar y felices de estar juntos de nuevo.

Lo confieso, mi memoria es mala. Mi niña es más hermosa todavía de lo que yo recordaba.